Cáncer de esófago: Síntomas, causas y prevención

El cáncer de esófago no es muy común pero dentro de los tipos de cáncer es de los más graves ya que normalmente se diagnostica en fases avanzadas, esto hace que se complique su tratamiento.
Se trata de un problema sanitario de primera índole, ya que a pesar de su baja incidencia tiene una gran mortalidad, cercana al 90% de todos los pacientes.

¿Qué es el esófago?
El esófago es un tubo relativamente recto que comunica la faringe con el estómago. En los seres humanos mide unos 25 cm y su estructura muestra las capas típicas del tubo digestivo, que son (de dentro a fuera): mucosa, submucosa, muscular y serosa o adventicia.

Síntomas del cáncer de esófago
La disfagia de la cual hablamos ya en una ocasión, es la dificultad al tragar alimentos, es uno de los síntomas más comunes del cáncer de esófago, generalmente se acompaña de los siguientes síntomas:

  • Sensación de molestia retroesternal parte del tórax por encima del diafragma, ardor, regurgitación de saliva o alimento digerido, ronquera o voz bitonal –cuando el nervio recurrente laríngeo esta infiltrado signos de mal pronóstico.
  • Amenización por pérdida crónica de pequeñas cantidades de sangre, sin embargo, los pacientes no suelen referir melenas (expulsión de sangre digerida por el ano) o hematemesis (sangre fresca por la boca), esto último en relación a la erosión del tumor en la pared del esófago.

La endoscopia digestiva alta esofagoscopia y toma de biopsia son la prueba fundamental para el diagnóstico del cáncer de esófago. Otras pruebas como el tránsito esofágico (tomar una papilla con bario -contraste radiológico- y posterior radiografía pueden orientar al diagnóstico y sobre todo descartar la existencia de fístulas traqueoesofágicas comunicaciones del esófago con la tráquea.

Causas
Los factores que producen irritación en las células del esófago y que aumentan el riesgo de tener cáncer de esófago incluyen:

  • La enfermedad por reflujo gastroesofágico.
  • El tabaquismo.
  • Los cambios precancerosos en las células del esófago (esófago de Barrett)
  • La obesidad.
  • El consumo de bebidas alcohólicas.
  • El reflujo biliar.

Tratamiento
Como vimos más del 80% de los pacientes con cáncer de esófago se diagnostican en fases avanzadas de la enfermedad, por lo que ya sabemos que tendrán una supervivencia muy baja (inferior al 10% a los 5 años).

Los tratamientos más habituales para el cáncer de esófago son:

Cirugía
Es el tratamiento estándar del cáncer de esófago en estadios I a III (aunque ya hemos visto el pronóstico a los 5 años). La esofaguectomía (extirpación del esófago) es una cirugía muy agresiva, con elevado riesgo de complicaciones postquirúrgicas y tasa de mortalidad del 5% (hace 20 años era cercana al 20%) gracias a la mejor selección de pacientes, mejoras de las técnicas quirúrgicas y cuidados perioperatorios.

Quimioterapia preoperatoria
Esta modalidad (sobre todo con regímenes basados en Cisplatino y 5-fluorouracilo) tiene una actividad moderada en fases avanzadas. El objetivo es tratar las micro-metástasis presentes al diagnóstico y reducir el tamaño del primario para un mejor control local del cáncer de esófago.

Quimioterapia y radioterapia preoperatoria
La radioterapia (RT) como tratamiento único del cáncer de esófago se entiende como tratamiento paliativo, para mejorar el dolor o la dificultad al tragar (odinofagia y disfagia). No aporta ningún beneficio respecto a la cirugía sola, pero en combinación con ciertos fármacos radiosensibilizantes (que incrementan la potencia biológica de la RT a dosis iguales) amplían el control local del cáncer, a la vez que se trata la enfermedad sistémica (las lesiones a distancia).

Quimioterapia+ Radioterapia (RQT) radical
A raíz de un estudio que comparaba RT sola frente a RQT, y que demostraba que el grupo de pacientes que habían recibido RQT tenían una mayor supervivencia y que esta supervivencia era muy parecida a otros estudios en pacientes operados, se planteó la necesidad (o no) de la cirugía en estos enfermos que recibían el tratamiento combinado.

Prevención
Evitar los factores de riesgo del cáncer, como fumar, tener sobrepeso y no hacer suficiente ejercicio quizá ayude a prevenir ciertos tipos de cáncer. Es posible que aumentar los factores de protección, como dejar de fumar y hacer ejercicio, también ayude a prevenir algunos tipos de cáncer.

Etiquetas:,

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *