Insomnio en mayores: Esto lo puede ocasionar

Un elevado porcentaje de personas mayores de 65 años presenta algún trastorno del sueño, como el insomnio y los despertares durante la noche. Si ese es tu caso, estos consejos te ayudarán a dormir mejor.

El envejecimiento afecta a todas las funciones que realiza el organismo e influye también en la calidad del sueño. Diferentes estudios, entre los que se encuentra Trastornos del sueño en el anciano y en las demencias, realizado por profesionales de la Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui y el Servicio de Neurología del Hospital de Navarra.

Insomnio en el adulto mayor. Parte 3. - Vida Abuelo

Indican que los trastornos del sueño son muy frecuentes entre los adultos mayores debido, entre otras razones, a los cambios fisiológicos que experimenta la persona con el paso de los años, y que conllevan una reducción del tiempo que se invierte en el sueño lento (conocido como profundo), y un aumento del sueño ligero (fases 1 y 2 del sueño).

Esta situación genera un círculo vicioso, ya que se tiende a tener más despertares durante la noche, a levantarse de la cama a una hora muy temprana, y a dormir un tiempo excesivo durante el día, lo que a su vez dificulta el sueño nocturno.

El insomnio es un trastorno del sueño que se manifiesta con un estado de vigilia a la hora de dormir. Según la Organización Mundial de la Salud se pueden diferenciar 88 trastornos del sueño, pero entre todos ellos el insomnio es el más frecuente, afectando al 8-10% de la población adulta. Sin embargo, como se indica desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, este porcentaje aumenta entre las personas mayores de 65 años, situándose en un 32% aproximadamente.

Causas
Aunque las causas por las que personas mayores presentan este problema son muy variadas, se considera que las siguientes son las principales:

  • Reducción de la necesidad del sueño debido a una menor capacidad de regeneración del cerebro.
  • Pérdida de la capacidad de regular adecuadamente los ritmos circadianos por lo que, en comparación con un adulto joven, su sueño nocturno es menor, pero el diurno mayor.
  • Reducción de la actividad diurna.
  • Padecimiento de alguna patología. Los expertos señalan que cualquier patología puede afectar directamente a la calidad del sueño, e incluso los efectos de algunas de ellas sólo se ven reflejados durante la noche, como el síndrome de piernas inquietas, o la apnea obstructiva del sueño.
  • Problemas psicológicos, como la ansiedad o la depresión, también reducen la capacidad de dormir por la noche y afectan a la calidad del sueño.
  • La toma de ciertos medicamentos dificulta el descanso porque pueden provocar la alteración de la secreción de melatonina (hormona que interviene en la regulación del sueño), el aumento de las ganas de orinar, o un mayor estado de alerta. Entre los fármacos que pueden tener estos efectos secundarios se encuentran algunos utilizados para el tratamiento de la hipertensión, los corticoesteroides, y los antidepresivos, entre otros.
  • Automedicación para conciliar el sueño, ya que la falta de control por parte de un profesional sanitario para el tratamiento del insomnio puede originar el efecto contrario.
  • Unos malos hábitos de vida, como la ingesta de alcohol o de sustancias excitantes, el sedentarismo y el tabaquismo, afectan negativamente al descanso.

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