Hipertensión pulmonar: seis síntomas de esta importante afección
|Se trata de un trastorno en el cual la presión de la sangre en las arterias pulmonares es anormalmente alta
Estamos familiarizados con el término hipertensión (o tensión arterial alta), un trastorno grave que incrementa de manera significativa el riesgo de sufrir cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otras enfermedades. Es un problema global, porque se estima que hay 1280 millones de adultos de 30 a 79 años con hipertensión, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Menos acostumbrados estamos al término hipertensión pulmonar, un trastorno en el cual la presión de la sangre en las arterias pulmonares es anormalmente alta. Es una afección peligrosa, advierte la Fundación Española del Corazón (FEC). De no tratarse, la hipertensión arterial pulmonar puede tener efectos fatales. La mortalidad de esta enfermedad en su curso natural es muy alta y puede producirse en poco tiempo.
En caso de hipertensión pulmonar, el lado derecho del corazón debe esforzarse mucho más para bombear la sangre a través de las arterias pulmonares, señalan los Manuales MSD. Con el paso del tiempo, el ventrículo derecho aumenta de grosor y de tamaño y se produce el agrandamiento y engrosamiento del ventrículo del lado derecho del corazón, dando como resultado insuficiencia cardíaca del lado derecho.
Disnea, fatiga o asfixia
La hipertensión arterial pulmonar puede estar causada por diversos trastornos, aunque a veces ocurre sin una causa clara (idiopática). En esta ecuación, entran en juego los factores genéticos. Los especialistas recuerdan que se han identificado varias mutaciones genéticas, pero aún se desconoce el verdadero mecanismo por el cual estas mutaciones genéticas hereditarias causan hipertensión pulmonar.
También se han identificado varios fármacos y toxinas como factores de riesgo para la hipertensión arterial pulmonar, como la fenfluramina (y otros medicamentos relacionados con la pérdida de peso), las anfetaminas, la cocaína y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, indican los Manuales MSD.
Otras causas no descartables son ciertos trastornos, como hipertensión portal, infección por VIH, cardiopatías congénitas, esquistosomiasis y esclerosis sistémica (esclerodermia).
La hipertensión pulmonar se manifiesta de muchas maneras: disnea, fatiga o asfixia, que al principio de la enfermedad aparecen con esfuerzos pero, pasado un tiempo, pueden llegar a manifestarse incluso en reposo. Según la FEC, no son los únicos síntomas. Existen otros como la hinchazón de piernas y el aumento del tamaño del hígado y del perímetro del vientre. Incluso puede producir pérdida de conocimiento, dolor torácico o cianosis, (tono azulado que adquieren uñas y labios por disminución del oxígeno en la sangre).
La importancia del diagnóstico precoz
Los especialistas insisten en la importancia de la detección precoz. Si se identifican algunos de estos signos, la FEC aconseja acudir rápidamente al médico. Esa visita puede proporcionar un diagnóstico precoz y permitir trasladar a los pacientes a centros de referencia a tiempo de poder ser efectivos, ya que cuanto antes se diagnostique y trate, mejores resultados se obtienen, disminuyendo sus síntomas, limitaciones.
Desde la fundación recuerdan también que hay tratamientos y procedimientos con los que frenar su progresión e incluso llegar a curarla en algunos casos. Por ejemplo, fármacos que mejoran el flujo sanguíneo a través de los pulmones. En cualquier caso, será el especialista el encargado de valorar cada caso e indicar el tratamiento adecuado para cada persona.