Enrojecimiento facial: Síntomas, causas y tratamiento

El enrojecimiento facial es un estado en el cual se expanden y se llenan de sangre los vasos sanguíneos que están debajo de la piel del rostro. Esto hace que el cutis se vea rosado o rojizo en la cara, el cuello y a veces en la parte superior del pecho. En la mayoría de los casos se trata de una reacción fisiológica natural que no se puede controlar de forma voluntaria. Sin embargo, también se puede presentar un enrojecimiento facial patológico, cuando no hay un estímulo conocido que lo provoque.

Síntomas
Los síntomas del enrojecimiento facial dependen de la causa que los produzca. Cuando no obedecen a una condición patológica, lo usual es que solo aparezca una coloración en el rostro, que puede ser generalizada o por parches.

Muchas veces tal enrojecimiento va acompañado de sudoración. También es frecuente que haya algunas señales de ansiedad. Si la condición es fruto de otro problema de salud, puede haber síntomas como dificultad para respirar, dolor en alguna zona del cuerpo o urticaria.

Causas
Las principales causas del enrojecimiento facial son:

Calor
La causa más obvia y evidente del enrojecimiento facial es el aumento del calor corporal. Esto puede ocurrir por cambios en la temperatura del ambiente, ejercicio físico o actividad intensa. Por lo general, no debe causar ninguna preocupación.

Estímulo psicológico
En este caso el enrojecimiento facial es lo que se conoce como “sonrojarse” o “ruborizarse”. Es una condición muy habitual que se presenta cuando una persona siente ansiedad o vergüenza. A la vez, el sonrojo mismo provoca a veces más vergüenza y entonces puede empeorar.

Consumo de alcohol
Uno de los efectos del consumo de alcohol es el enrojecimiento facial. Al consumir esta sustancia los vasos sanguíneos se expanden y, por lo tanto, hay mayor volumen de circulación; esto genera el color rosado o rojizo en el rostro.

Medicamentos
Hay algunos fármacos que tienen como efecto secundario el enrojecimiento de la piel. Dentro de ellos están ciertos antibióticos, vasodilatadores, opioides como la morfina y hormona liberadora de tiroides.

Desorden endocrino
El sistema endocrino está compuesto por glándulas. Estas producen hormonas, las cuales se comportan como “mensajeras químicas”. Esto quiere decir que viajan por el torrente sanguíneo, llevan información a diferentes partes del cuerpo y, de este modo, regulan diversas funciones del organismo.

Rosácea
La rosácea es una afección de la piel que se caracteriza por síntomas como enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles, granos y otros. Se presenta por episodios en los que cada uno tiene mayor duración que el anterior.

Menopausia
Cuando las mujeres dejan de tener periodo menstrual, también se produce una serie de cambios hormonales en su cuerpo. A veces esto afecta el flujo sanguíneo y da lugar a los llamados “sofocos”, durante los cuales se experimenta una ola de calor por el cuerpo.

Síndrome carcinoide
Esta es una afección rara que provoca enrojecimiento facial y también en el pecho. Estos síntomas aparecen en alrededor del 10 % de las personas que tienen un tumor carcinoide. Este suele aparecer en el tracto digestivo y extenderse a otras partes del cuerpo.

Síndrome de activación mastocitaria
Los mastocitos forman parte del sistema inmunitario. Liberan una sustancia que a veces, por error, aumenta mucho o se produce en un momento en el que no debe hacerlo. Esto provoca el síndrome de activación mastocitaria.

Cáncer de tiroides
El cáncer de tiroides es una enfermedad grave que, por obvias razones, altera el comportamiento de la glándula tiroides. Uno de los efectos de esto es la modificación en la producción de hormonas, lo cual puede causar enrojecimiento de la piel.

Tratamiento
El tratamiento del rubor facial también depende de la causa que lo produzca. En la mayoría de los casos obedece a un estímulo normal como el calor, la fatiga o la vergüenza. Si se presenta con mucha frecuencia o es muy severo, quizás sea buena idea consultar con el médico.

Prevención
El tratamiento del rubor facial también depende de la causa que lo produzca. En la mayoría de los casos obedece a un estímulo normal como el calor, la fatiga o la vergüenza. Si se presenta con mucha frecuencia o es muy severo, quizás sea buena idea consultar con el médico.

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